viernes, 4 de febrero de 2011

Cigarrillos electrónicos: ¿sí o no?

Ante las noticias que aparecen sobre la alta demanda de cigarrillos electrónicos, fundamentada en su eficacia para dejar de fumar, nos hacemos eco del informe publicado por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT)sobre estos cigarrillos.

Informe del CNPT sobre los cigarrillos electrónicos
"Los cigarrillos electrónicos (e-cigs.) son dispositivos con forma de cigarrillo convencional que liberan determinadas dosis de nicotina sin mediar combustión sino a través de un proceso de calentamiento electrónico de la nicotina (Wayne 2006). La nicotina es un producto adictivo de consumo humano por lo que debe estar regulada. Su situación legal en la UE es poco clara no es un producto de tabaco pero tampoco ha pasado los filtros de los productos farmacéuticos, a pesar de contener nicotina ( European Comision, 2008). El estudio de la Agencia de Medicamentos y alimentos (FDA) de EEUU ha revelado que la cantidad de nicotina viene determinada por la carga de los cartuchos que se utilicen, o la concentración del líquido con que sean recargados (por lo general entre 0 mg y 36 mg por gramo).Es decir, hay e-cigs. sin nicotina según el fabricante, en los que se ha detectado la presencia de nicotina . Algunas marcas liberaban cantidades detectables de nitrosaminas, compuesto cancerígeno que también se encuentra en el humo de los cigarrillos convencionales y muchos de ellos liberan un compuesto químico llamado dietilenglicol (se usa como anticongelantes en los coches ) y por lo que no puede afirmarse alegremente de que solo liberan “vapor de agua”. (http://www.fda.gov/ICECI/EnforcementActions/WarningLetters/ucm225187.htm).
La FDA no considera estos productos como válidos para ayudar a dejar de fumar. Una monografía del Institute of Medicine (IOM) de la National Academy of Science de EEUU concluía que los cigarrillos electrónicos no han demostrado ser más seguros que los cigarrillos convencionales ni son un método evaluado para dejar de fumar.
Varios investigadores han señalado que las noticias de que estos cigarrillos reducen el riesgo, como informan algunas marcas, puede tener el efecto adverso de impedir el cese definitivo del consumo de tabaco o animar a los mas jóvenes y a los ex fumadores a probar estos nuevos productos al verse atraídos por los sabores y la falsa imagen de seguridad. La evidencia para promocionar el tabaco sin humo como estrategia de salud pública es débil e inconsistente (Tomar, 2007) En EEUU un estudio revelo que un 25% de las personas fumadoras que pensaban dejar de fumar creían que estos productos tienen menos riesgo que los cigarrillos convencionales y estaban reconsiderando su decisión.
Algo parecido pasó hace años con el engaño de los cigarrillos bajos en nicotina (mal llamado Light), que vendía la industria como menos nocivos, y que pronto se demostró que tenían el mismo riesgo o más que los altos en nicotina, especialmente cuando los fumadores consumían más cigarrillos por el efecto de la compensación nicotínica (Darall , 1998). Hay una larga lista de decepciones en la promesa del cigarrillo seguro que, sencillamente, no existe.
Conclusiones
El cigarrillo electrónico contiene nicotina pero no es dispositivo eficaz para dejar de fumar. Por el contrario puede tener un efecto indeseable de retener a fumadores en el consumo de nicotina y en mantener la dependencia gestual del cigarrillo.
El vapor de los cigarrillos electrónicos puede contener sustancias toxicas y nocivas para la salud y no deberían utilizarse en espacios públicos cerrados. "

Nuestra asociación no puede avalar estos productos que se publicitan como inocuos y terapéuticos si realmente no lo son.

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